Halloween Road. Una cura de humildad.

Como se suele decir "la primera en la frente".

La Halloween Road de Valencia fue un pensat y fet de última hora al que acudí super tranquila y que terminé con una lección de humildad.

Hacía un par de semanas que había visto en las redes sociales este evento y lo miraba con ojos golosillos pero, como siempre corro sola, no tenía con quien ir, o eso pensaba yo.

Después de hacer público en mi círculo de amigos y familiares que por fin me había animado a correr y demás, empezaron a surgir voces de apoyo y ánimo, entre ellas una amiga de toda la vida que me dijo "yo voy a ir,  apúntate".

Así que a 6 horas del cierre de inscripciones me apunté, sin saber muy bien lo que me esperaba. La verdad es que estaba muy tranquila porque estoy haciendo unos 6 kilómetros 3 días por semana y pensé que podría afrontar sin problemas una 4k (4 kilómetros, que no sé por que la gente le quita la m).

Llegó la hora, estábamos preparadas con nuestros disfraces de novias zombies y dieron la salida, pero hasta que las más de 2 mil personas que habían empezaron a moverse estuvimos paseando. Ya podía imaginarme el título de mi crónica: "Halloween Road o cómo pasearse disfrazado".

¿Doy miedito? Jijiji

A cada 100 metros parones, brujas, actores disfrazados que te asustaban y a mí me entraba la risa tonta, se me iba toda la fuerza por la boca. Llegó un momento en que no había tanta atracción y el novio de mi amiga empezó a correr esquivando a la gente, era el momento de pasar a la marabunda y empezar la carrera.

A los 5 minutos lo perdí y mi amiga se había quedado atrás con otra chica, cuando las encontré empezamos a correr de nuevo y yo estaba muerta de calor (¿por qué no se acaba el verano?) y sudando a mares. 

Seguimos avanzando y ellas empezaron a aumentar el ritmo por encima de donde yo estaba acostumbrada, pasamos por unos jugadores de rugby zombies que nos placaron, más actores, yo les gritaba para que se apartaran y me moría de la risa.

Y de repente no podía más, no sabía cuanto llevábamos, en algún punto me habían cogido del brazo y mi cronómetro se había parado. Pensé "no puede ser, si hago esto en mi rutina y sin parones".

La otra chica que no corría jamás iba delante mío y aguantando como una campeona. Me dolía el orgullo. Horas antes les había contado en el coche lo contenta que estaba con mi nueva afición y lo mucho que estaba progresando.

Cruzamos la meta, sin pena ni gloria, y ya en el avituallamiento mis fuerzas volvieron. No lo había dado todo. Estaba cabreada.

Me costó dormirme pensando qué fue lo que me había fallado para no darlo todo, no sé si las risas y los gritos a los actores, no sé si no me había preparado psicológicamente, que no era mi recorrido y el no saber cuánto faltaba me mató... 

Esta mañana he vuelto a salir. Tenía que saber qué había hecho mal. Mi recorrido de siempre, 45 minutos, unos 5 o 6 km (aún no utilizo ninguna app para medir, sólo crono y google maps). Todo correcto.

En resumen, no sé qué carajo hice mal, tal vez fue que era al final del día y estoy acostumbrada a correr a primera hora, no lo sé. Pero la imagen de la chica que jamás corre aguantando mejor que yo se me ha quedado ahí, clavadita en el orgullo.

Para el recuerdo queda, mi primera 4k. Ahora a buscar nuevas metas. 

¡¡VAMOS!!

¿Cómo fue tu primera carrera?