El desayuno de los mayores

Hace ya tiempo vienen sonando por mi cabeza las campanas de la nutrición. 

Todos hemos oído mil veces lo importante que es comer sano y todos lo decimos muy gratuitamente (yo la primera). Pero qué buenos los churros con chocolate, los cocidos de esos que puedes cortar el caldo con cuchillo, por no hablar de la comida rápida con la cual estoy en pie de guerra, pero esa es una batalla personal.

Vamos al turrón (¿véis como me mimetizo con la temática? Se intenta).

Una servidora es defensora de cuidar la alimentación sin ser una mártir esclava de las calorías.

De nuevo me niego a que unos numeritos me digan cómo debo sentirme. Si me apetece comerme unos callos no pienso sentirme culpable, es  mi decisión homenajear a la historia y tradición cultural española.

Una cosa no quita la otra, y es que todo afecta y todo pasa cuenta. Hace ya 3 meses, me encontraba en ese mismo discurso cuando mis pantalones decidieron encoger y mi báscula dejar de medir el peso como antes.

No veas qué cabreo con Zara cuando cambiaron el tallaje de los pantalones, OTRA VEZ. 

Bien, pues ya que decido hacer ejercicio para sentirme mejor, es hora de meter en el pack una alimentación acorde. No sabéis, o sí porque algunos ya me lleváis años de ventaja, cómo puede afectar a nuestro estado de ánimo o nuestro rendimiento deportivo la alimentación que tomamos.

Esta es una declaración de intenciones para mí y con este post me comprometo a empezar por el desayuno. 

No os voy a dar lecciones de nutrición, porque soy una inculta al respecto, pero me voy a guiar por la premisas más sencilla y lógicas.

Desayuna como una Reina, Come como una Princesa y Cena como una Persona sin recursos económicos (lo siento, no soporto la palabra mendigo).

Parece lógico que lo que consumo antes de irme a dormir no va a ser procesado por mi metabolismo de la misma forma que lo que consumo al inicio del día cuando comienzo mi actividad.

En el tema del correr ya habría que hilar más fino con el tipo de alimentos que ingerimos.

Alimentos clave serían los frutos secos, cereales y fruta para aportar vitaminas y energía. Los panes multicereales con semillas y frutos secos son un buen aliado.

Alimentos a evitar las grasas como siempre, fritos y carnes. Si vas a caer en la tentación de la carne, pues siempre es mejor irse al pavo, pollo o conejo. Siempre mejor plancha que asados o fritos. 

Muy recomendable también pescados azules y mariscos, yo intento una vez por semana mínimo comer bichos con concha y al menos 2 veces por semana algo de pescado. Una buena idea para cocinar los pescados es en papillote (ya os enseñaré la receta muy facilita).

Y como el desayuno es la parte más importante empiezo mis andanzas y mi compromiso con esta recetilla que me he marcado. Avena (proteínas), Plátano (potasio) y Miel (antioxidante y fuente de energía). Ideal para antes o si lo prefieres después de tu carrerita de siempre. 

¡¡¡VAMOS!!!

¿Cuál es vuestro desayuno típico?